Microbiota intestinal: una nueva perspectiva sobre las enfermedades pulmonares
- Nutricionista, Guatemala
- 14 abr
- 3 Min. de lectura
Dra. Lucero Barrios
Médico Funcional
Este artículo de revisión explora la creciente evidencia sobre la relación entre la microbiota intestinal y las enfermedades pulmonares, a través del llamado eje intestino-pulmón. La microbiota intestinal no solo participa en el metabolismo y la inmunidad local, sino que también puede modular respuestas inmunes sistémicas que afectan órganos distantes, como los pulmones. La disbiosis intestinal se ha relacionado con inflamación crónica, permeabilidad intestinal, alteración de metabolitos, y con el desarrollo o agravamiento de diversas enfermedades pulmonares.

Se analizan cuatro enfermedades pulmonares clave:
Hipertensión pulmonar (HP)
Asociada con cambios en la composición de la microbiota y aumento de metabolitos como TMAO (óxido de trimetilamina), que promueven inflamación vascular. Se destaca el rol de la serotonina y los productos del metabolismo purínico intestinal.
EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica)
Se observan diferencias marcadas en la microbiota intestinal de pacientes con EPOC. El tabaquismo altera esta microbiota, y se ha identificado a Streptococcus como género clave. Los SCFAs, como el butirato, tienen efectos protectores. La fibra dietética y algunos probióticos muestran efectos beneficiosos.
Cáncer de pulmón
La microbiota intestinal modula la respuesta inmunitaria al tumor. Pacientes con mayor diversidad microbiana y ciertas especies específicas (e.g. Bifidobacterium, Collinsella) responden mejor a la inmunoterapia. Algunos metabolitos intestinales también predicen la eficacia del tratamiento.
COVID-19
La infección por SARS-CoV-2 se asocia con una pérdida de diversidad microbiana y aumento de patógenos intestinales. La disbiosis persiste incluso después de la recuperación, afectando la respuesta inmune. La regulación de la expresión de ACE2 por la microbiota podría ser clave en la fisiopatología.
Además, el artículo aborda estrategias terapéuticas emergentes:
Trasplante de microbiota fecal (FMT)
El FMT ha demostrado alterar de forma duradera la microbiota intestinal del receptor y actualmente es el método más directo para reconstruir una microbiota intestinal saludable, abarcando casi todos sus miembros y funciones.
En experimentos animales, se administró directamente por sonda gástrica y se observaron mejoras en hipertensión pulmonar. Sin embargo, puede haber riesgos graves, especialmente en personas inmunocomprometidas (infecciones severas por E. coli resistentes a antibióticos).
Modificaciones dietéticas (alta en fibra, baja en grasas)
Cambios dietéticos (como pasar de una dieta animal a vegetal) modifican la microbiota en menos de 24 horas.Una dieta proinflamatoria (común en fumadores) puede aumentar el riesgo de EPOC y reducir la función pulmonar. Una dieta rica en fibra y granos enteros se asocia a menor riesgo de cáncer de pulmón.Se propone ajustar la dieta como prevención o tratamiento complementario en enfermedades pulmonares.
Uso de probióticos específicos:
Los probióticos se han convertido en un nuevo objetivo terapéutico por su capacidad de modificar la ecología intestinal. Pueden inducir respuestas proinflamatorias (aumentando actividad de macrófagos, NK, etc.) o antiinflamatorias (a través de Tregs, IL-10, TGF-β).
Algunos estudios muestran que los probióticos mejoran la respuesta a la inmunoterapia en cáncer de pulmón (anti-PD-1). Solo deben usarse cepas bien definidas con efectos probados.
Interacción entre medicamentos y microbiota (bioacumulación)
Algunos fármacos se acumulan en ciertas bacterias intestinales sin ser metabolizados, lo que:
Existen dos mecanismos de esta interacción:
1. Reducción de la disponibilidad del fármaco.
2. Cambios en la secreción de metabolitos bacterianos.
Esto influye incluso en la quimioterapia (como 5-FU, ciclofosfamida, metotrexato) y en inmunoterapias dirigidas (anti-PD-L1, anti-CTLA-4).Se espera que este campo sea clave en futuros ensayos clínicos.
Se concluye que, aunque el eje intestino-pulmón aún está en estudio, representa una prometedora área de investigación y una oportunidad para desarrollar nuevas estrategias diagnósticas y terapéuticas basadas en la modulación de la microbiota intestinal
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