En mi último video de YouTube https://youtu.be/fbJcAj5LGYg hablé un poco sobre la necesidad de comprensión para un paciente diabético, y en general para cualquier persona que padezca una enfermedad crónica, y me hizo querer compartirles mi propia experiencia en el blog de esta semana.
Mi propia experiencia A mis siete u ocho años, recuerdo ir con un médico que insistía en comentarme los detalles de las complicaciones de la diabetes tipo 1 mal manejada. Entre imágenes y comentarios de piernas gangrenadas y muertes dolorosas me generó una aflicción profunda que me hizo huir de cuidarme y evadir la realidad durante mucho tiempo. El consuelo que encontraba en mis citas médicas era una persona que siempre me recibía con amor, mi educadora Jane, quien agradezco a la vida haber conocido. Con los años y la madurez, busqué mi propia forma de entender mi enfermedad. Desde aquél entonces, todo ha evolucionado. Entre esto, el vocabulario para referirse a los datos de glucosa en sangre como “información” y no una evaluación de si se es una “buena” o “mala” niña con base en cuanto estaba mi glucosa. Además, cambió el abordaje desde el miedo en algunos lugares, pero en otros prevalece, y debemos ser cautos de lo que permitimos en este sentido. Cambiar el enfoque Una persona que pertenece a nuestra comunidad online me comentaba en el video que siempre le ha costado encontrar un endocrino que tenga un mínimo de empatía, y me identifiqué por completo con su situación; sin embargo, mi enfoque a día de hoy para encontrar “ese¨ médico, es otro. ¿Cuál es mi sugerencia para encontrar un endocrino empático? No pedirle peras al olmo. En la actualidad, lo que busco en mis médicos es otra cosa por completo. Busco profesionalismo, conocimiento técnico, respeto y una curiosidad permanente que le motive a resolver cualquier situación que se me presente. La comprensión la busco donde la encontré a los ocho años, con mi educadora. Espero poder ser esa figura que tanto me ayudó para todas las personas que me visiten, que aporte empoderamiento y conocimiento, pero con la calidez que viene solo de haber vivido lo que estoy hablando en carne propia.
Esta es una foto mía del año en el que me diagnosticaron diabetes tipo 1, en vestimenta navideña completa con vestido de pascuas y algo que parece un babero blanco.
Elisa Stahl,
Educadora en Diabetes
