En la última década la microbiota intestinal ha emergido como un factor clave en el desarrollo de la obesidad y alteraciones metabólicas (hígado graso, diabetes tipo 2).
La microbiota intestinal evoluciona desde el nacimiento, condicionada por múltiples factores: genes, tipo de parto, primer alimento (Lactancia materna o fórmula láctea), calidad de alimentación, consumo de antibióticos, estrés, entre otros.
En la edad adulta la microbiota intestinal es relativamente estable, sin embargo, en la población infantil es mucho más susceptible a los factores ambientales y por la tanto más propensa a la disbiosis.
La disbiosis es la pérdida de la masa bacteriana benéfica, patología directamente relacionada con la obesidad infantil, correlacionada con menor salud metabólica: hígado graso, resistencia a la insulina y disfunción del adipocito.
Por lo tanto si controlamos los factores ambientales que condicionan al microbioma (número de genes en la microbiota intestinal) se puede mejorar considerablemente tu metabolismo.
Contribución de la disbiosis a la inflamación de bajo grado conocida como endotoxemia metabólica.
Licda. Paola Linares, Nutricionista
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