Caso clínico: Autismo y salud intestinal – Un año de avances con intervención nutricional funcional
- Nutricionista, Guatemala
- 14 abr
- 3 Min. de lectura
Por: Licda. Andy Castellanos
Categoría: Autismo, Neurodivergencia y Alimentación Infantil
Etiquetas: Autismo, dieta GAPS, microbiota, disbiosis, suplementación infantil, salud intestinal
Introducción
En este blog quiero compartirles el caso de un niño de 7 años diagnosticado con autismo, a quien he acompañado durante casi un año desde una perspectiva de nutrición funcional. Su proceso ha sido un claro ejemplo del poder que tiene el trabajo integral cuando se aborda el intestino, la alimentación y el estilo de vida de forma personalizada.
Este caso sigue en proceso, pero los avances han sido tan notables que merece ser contado para dar esperanza y orientación a otras familias.
Evaluación inicial
El paciente llegó a consulta en abril de 2024 con diagnóstico de autismo, síntomas digestivos persistentes (heces inconsistentes, inflamación, reflujo previo) y antecedentes de trastornos de sueño desde el nacimiento. Había recibido múltiples terapias (lenguaje, Neuronet, psicología), pero su madre sabía que aún faltaba algo: sanar el intestino.
Realizamos un test epigenético que mostró alteraciones importantes en microbioma (presencia excesiva de esporas, bacterias y virus), metabolismo comprometido y sobrecarga de toxinas. A lo largo del año se realizaron también exámenes de heces completos que confirmaron desequilibrio de microbiota, digestión incompleta y presencia de parásitos y levaduras.
Plan de tratamiento
Desde el inicio, uno de los pilares más importantes fue la dieta. Con este niño trabajamos una dieta libre de gluten, lácteos y soya, pero también seguimos los principios de la dieta GAPS (Gut and Psychology Syndrome). Esta es una dieta terapéutica diseñada para sanar el intestino y apoyar el sistema nervioso, eliminando alimentos fermentables, almidones complejos, azúcares y procesados, y enfocándose en caldos, verduras cocidas, carnes de buena calidad, huevos, grasas saludables y fermentos caseros.
El protocolo fue progresivo e incluyó:
Limpieza intestinal por fases con antimicrobianos naturales, desparasitantes y antifúngicos.
Suplementación específica con enzimas digestivas, probióticos, omega 3 y micronutrientes clave para el desarrollo neurológico.
Apoyo al hígado y detoxificación con sustancias como zeolita y extractos botánicos.
Adaptación de rutinas para mejorar sueño, disminuir ansiedad y fomentar la conexión emocional.
Algo fundamental ha sido el compromiso de su familia, quienes no solo han sido constantes en la administración de suplementos, sino que también han hecho un esfuerzo admirable en mantener la dieta, cocinar con amor y observar detalladamente los cambios.
Resultados en un año
A lo largo de este proceso, hemos visto transformaciones profundas en este pequeño:
✅ Mejoras digestivas: evacuaciones más regulares, disminución de la inflamación y mejor forma en las heces.
✅ Sueño más profundo y sin despertares frecuentes.
✅ Piel más suave y sin los brotes o rash persistentes de antes.
✅ Mayor lenguaje: ahora puede responder preguntas simples de forma espontánea.
✅ Conducta más tranquila, mayor tolerancia a cambios.
✅ Por primera vez pidió la temática de su cumpleaños y disfrutó de la fiesta.
✅ Avances escolares: aprobó el ingreso a primero primaria sin su maestra sombra, redactó e ilustró su propio cuento.
✅ Mayor independencia: se baña y lava los dientes solo.
Todo esto sin dejar de lado sus terapias complementarias, que han sido una parte fundamental del abordaje.
Conclusión
Sanar el intestino de un niño con autismo es un camino de compromiso, paciencia y mucho amor. No es inmediato, puede tomar entre 1 y 2 años estabilizar completamente su salud digestiva, pero los avances comienzan a verse desde las primeras semanas.
Este caso aún sigue en tratamiento, pero refleja cómo la nutrición funcional puede ser una herramienta poderosa para mejorar la calidad de vida de los niños con autismo y la dinámica familiar.
💬 Si eres mamá, papá o cuidador de un niño con autismo y sientes que la alimentación puede marcar la diferencia, estoy aquí para acompañarte.

Puedes agendar una cita conmigo, Licda. Andy Castellanos, en este enlace.
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